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Mostrando entradas de abril, 2018

Comer a bordo

Mi primer vuelo fué en 1956 (creo) con 6 años, a bordo de un DC-3 de Iberia en trayecto Málaga/Madrid, acompañado de mi abuela paterna. Sentí una curiosidad extrema propia de mi edad y eso quedó grabado en mi mente, como si fuera una premonición de que mi futuro profesional iba a estar relacionado algún día con la aviación comercial. En al año 1963 mi padre Pedro de Acuña Muñíz, pasó a ser el concesionario del Bar Restaurante y cantina del aeropuerto de Málaga. El bar restaurante no era sino lo que fué durante muchos años el aeroclub. Yo solía ir con cierta frecuencia al restaurante, cuando estaba libre de colegio, es decir los fines de semana. Digamos que me picó el gusanillo de la hostelería seguramente por aquello que " de raza le viene al galgo" Ahí empecé a hacer mis primeros pinitos en catering, ayudando a suministrar a las compañías extranjeras, termos de agua caliente, café, hielo, sandwiches para tripulación, y algún que otro tipo de complementos, que dicho sea de

Comer a bordo

Estoy trabajando en una recopilación de todos los modelos de aviones y compañías aéreas que  se suministraron en las empresas de catering para las que presté mis servicios. Es algo muy complejo ya que ni todas las compañías tenían una misma disposición, de la cabina de pasajeros, situación de los galleys, y por supuesto ni los mismos menús de a bordo y un sinfín de análisis previos antes de acceder a la contratación de las lineas aéreas, ya fuera por horarios, destinos, religión de los pasajeros, con sus consabidas restricciones de comida (kosher, musulmán, vegetariano, etc.) así como también las rotaciones de menús al objeto de no ser repetitivos puesto que había y seguro sigue habiendo pasajeros que vuelan con cierta frecuencia y en la misma compañía. Añadir además los gustos y/o las preferencias muy generalizadas en función de los destinos. De ahí, que para observar el grado de aceptación de un menú determinado, yo  asistiera personalmente, junto a algún representante del servicio d

Comer a bordo

Preparar comidas para el consumo de los pasajeros y/o tripulantes de aerolíneas, no es tarea fácil. En tierra se puede rectificar, ofrecer otras alternativas, cambiar por otra elección, etc. Pero a bordo cualquier deficiencia,  se acusa rápidamente en primer lugar por los TCP y si no, por el propio pasajero, quien te pone en una situación muy comprometida, y por tanto te exige una reparación inmediata. Es ahí donde entra en juego tu habilidad, profesionalidad y tu tacto para conformar a ese cliente; bien sea ofreciendo incluso la comida de la propia tripulación  u ofreciéndole algún plato de  First class  en donde habitualmente siempre hay algún excedente. Esto suele dar resultado, si eres un gran relaciones publicas, y usas tus dotes y las palabras adecuadas, en la lengua del pasajero a ser posible. Sin embargo he conocido personalmente, a algunos sobrecargos o Jefes de cabina de TCP, que únicamente se limitaban a escribir un parte de incidencias, lo que conllevaba después, una sanci